lunes, 15 de abril de 2013

CAP. 6


6 - Batalla

Estaba por ser la carnada de un León. Me negué. Tenía que haber otra escapatoria, no podía ser esa la única salida. Al parecer, entre el León y nosotros, esperaba una especie de bote, o algo, que nos llevaría de nuevo del otro lado. En mi caso, al menos, lejos de todo esto. Los planes de William Something eran otros.
La lluvia fue como un alivio, y a la vez una posibilidad de respiro. Empapado de pies a cabeza, encontré en mi mochila algunos recovecos secos, donde guardar mi cuaderno, refugiarlo. Fue ese cuaderno y unos cuantos garabatos el extraño vinculo que afianzó mucho nuestro diálogo. En un principio el ingles se mostró poco abierto a mostrarme sus habilidades, resulto ser un aplicado y novato ilustrador. Yo creo, sinceramente, que cualquiera de nosotros puede dibujar y disfrutarlo. Relajarse y no esperar nada de ello puede ser la primera puerta, el dibujo, más de lo que podamos aportarle a él, tiene mucho para enseñarnos. Tanto como la situación en la que me vi envuelto junto con este desconocido, años atrás, y que aquí les estoy contando
Este hombre estaba perdidamente enamorado, es una linda frase para comenzar esta parte, lo describe muy bien a mi amigo William. Había tenido un romance con una joven de su ciudad, salieron por un tiempo, y por razones de fuerza mayor tuvo que dejarla para hacer un viaje, este viaje, que lo trajo hasta el lugar donde nos encontró el destino, o vaya a saber qué. Su amor parecía ser el motor de todas sus decisiones, algunas veces, algunas personas, encuentran el combustible para hacer andar esa maquina. Si el amor es el motor, la vida debe ser la que hace la chispa para que arranque. ¿O al revés?, no lo se.
Le había prometido volver, le prometió hacerlo con honores. Prometió de más, a mi humilde entender. El amor no sabe esperar, a veces estoy convencido de que las cosas son más determinantes. Sin embargo acá estaba este extranjero, que se había ido para volver. Cosa rara y determinante. Yo creo, aun, que buscaba mediante este acto sacrificado enmendar algún error que había hecho. Es único lo que me explica tremenda travesía.
En ese momento muchas cosas se interponían entre ellos, un León, por empezar, y desde hacia un rato yo, negándome a ser la carnada de una trampa suicida.
Pero hay algo más oscuro en esta historia, un poco más entreverado, al que quiero llegar. Le pregunte si tenía una foto de ella. No me entendió. Le pregunte si tenía ya su pasaje de regreso, su vuelo (…) Tampoco me entendió. Le insistí sobre sus asuntos, ¿a que había venido al país?, y en especial a esa parte de la isla ¿?. Creo que prefirió ignorarme.
Cuando me mostró su fusil, su sable y sus mapas, entendí todo.
Me rogó nuevamente, tenia que subir sobre la isla y le quedaba poco tiempo. Solo una vez terminado el combate podría volver con su amada.
Unos barcos a vapor estaban llegando rumbo al norte, y las tropas de Rosas se armaban cerca de la costa para dar batalla.

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